1992: después de haber levantado pasiones allá por donde fueron, el equipo de ensueño alcanzaba su meta dorada mientras a poca distancia se ponía el colofón a unos Juegos cargados de intensidad y grandes momentos que pusieron la atención del mundo sobre la incipiente Barcelona.
El Dream Team al completo |
Fueron, desde mucho antes del inicio de los XXV Juegos Olímpicos modernos celebrados en Barcelona, uno de los principales atractivos de los mismos, auténticas estrellas del rock dentro del deporte profesional. Por primera vez en la historia, Estados Unidos enviaba a jugadores profesionales con la misión de lograr el oro olímpico tras el fiasco que supuso ser relegados a la tercera posición cuatro años antes, en la Olimpiada de Seúl. En esa ocasión, el poderío de las selecciones de la URSS -con jugadores como Sabonis, Volkov, Homicius, Kurtinaitis o Marciulionis- y de Yugoslavia -con Petrovic, Kukoc, Radja, Divac o Vrankovic- doblegaron a los universitarios yankis a pesar de que contaban entre sus filas con futuras figuras NBA como David Robinson, Mitch Ritchmond o Dan Majerle.
La sensación de derrota propiciada por los resultados cosechados en Seúl y en el Mundial de 1990 -donde también acabaron en la tercera posición-, sirvieron de acicate para el siempre henchido orgullo estadounidense. Decididos a no permitir ninguna humillación más en uno de sus deportes fetiche, se llegó a la conclusión de la necesidad de enviar jugadores profesionales a los Juegos en vez de los habituales amateurs. Saliendo de una de las décadas más prolíficas en lo que a producción de jugadores NBA se refiere, USA Basketball se afanó en reclutar a un grupo que representara a lo más granado del deporte creado por James Naismith.
Tras un arduo proceso de selección, se logró formar el mejor equipo que haya pisado jamás una cancha de baloncesto -o al menos al que mayoritariamente se le concede este mérito- y, como no podía ser de otra manera, tomó el nombre de Dream Team. En septiembre de 1991 se hizo pública una lista inicial de diez jugadores integrada por Michael Jordan y Scottie Pippen (Chicago Bulls); 'Magic' Johnson (Los Ángeles Lakers); Larry Bird (Boston Celtics); Patrick Ewing (New York Knicks); David Robinson (San Antonio Spurs); Charles Barkley (Philadelphia 76ers); John Stockton y Karl Malone (Utah Jazz); y Chris Mullin (Golden State Warriors) y a la que posteriormente se le añadieron Clyde Drexler (Portland Trail Blazers) y Christian Laettner (University of Duke). La polémica rodeó a estas elecciones postreras ya que se rumoreó que el puesto de Drexler estaba destinado a Isiah Thomas (Detroit Pistons) pero una mala relación con los pesos pesados del vestuario -especialmente con 'His Airness' Jordan- lo relegó del puesto mientras que la plaza que finalmente ocupó Laettner estaba destinada al principal reclamo universitario de la época y futura estrella de la NBA: Shaquille O'Neal (Louisiana State University). Las malas lenguas señalaron la pobre ausencia de jugadores blancos en el equipo como factor decisivo para la inclusión de Laettner en el combinado de los sueños. Por otro lado, la dirección corrió a cargo de Chuck Daly, técnico de New Jersey Nets que comandó a los temibles 'Bad Boys' (Detroit Pistons) hasta dos títulos en las postrimerías de la década de los 80, que fue asistido por el mítico Lenny Wilkens, P.J. Carlesimo y el actual entrenador de la selección estadounidense, Mike 'Coach K' Krzyzewski.
Los galardones acumulados por este grupo de jugadores son innumerables, pero entre ellos destacan los 23 anillos de campeón de la NBA, 15 MVP de la temporada, 11 MVP de las finales, 56 presencias en el mejor quinteto de la temporada, 116 presencias en el All-Star y un sinfín de galardones más, resumidos en la inclusión de diez de ellos -excepto Mullin y Laettner- dentro del selecto grupo de los mejores jugadores de los primeros cincuenta años de la NBA y la entrada de todos -excepto Laettner- en el Hall of Fame of Basketball de Springfield (Massachusetts).
El Dream Team, portada de Sports Illustrated |
La llegada del Dream Team a Barcelona supuso tal revolución que Chuck Daly exclamó: "Fue como si pusiéramos juntos a Elvis y The Beatles". Tras un paso triunfal por la competición -con ocho victorias en otros tantos partidos y una ventaja media superior a los 44 puntos-, USA alcanzó el oro doblegando a Lituania y Croacia -naciones que en su primera participación olímpica alcanzaron plata y oro como herederas de la URSS y Yugoslavia en la élite baloncestística-.
La herencia del Dream Team ha sido enorme, hecho reflejado en la presencia de grandes figuras de la NBA en los equipos que representaron a USA en las posteriores competiciones internacionales de renombre. Los sucesivos equipos también recibieron el nombre de Dream Team pero ninguno de ellos alcanzó la excelencia, el carisma y el altísimo nivel competitivo exhibido por el equipo de 1992, llegando incluso a fracasar en su labor como sucedió en el Mundial de 2002 y en los Juegos de Atenas en 2004 -equipo al que se llamó irónicamente Nightmare Team o Dream Team IV-. Tras estos fracasos, USA mejoró el nivel de sus elegidos retomando a importantes jugadores franquicia y, basándose principalmente en la extraordinaria camada salida del draft del 2003 -James, Anthony, Bosh, Wade...-, reunió al denominado Redeem Team -equipo llamado a redimir los errores cometidos previamente-.
Los tres magníficos que revitalizaron la NBA: Bird, Jordan y Magic |
El Dream Team fue el máximo exponente de la histórica Olimpiada de Barcelona '92, la que sirvió de despedida a enormes talentos baloncestísticos como Larry Bird o 'Magic' Johnson -con su prematura retirada provocada por su contagio con VIH- y en la que se vivieron momentos memorables para la historia del deporte encarnados en nombres propios como los de Scherbo, Lewis, Devers, Cacho... Aquel 8 de agosto de 1992 se clausuró el torneo de baloncesto que vio en acción al mejor equipo de la historia.
Aquí os dejamos algunas recomendaciones para hoy:
- Un de tema para escuchar: Barcelona (Freddie Mercury y Monserrat Caballé, 1992), canción utilizada como himno de los Juegos.
- Unas películas para ver durante esta semana: El graduado (Mike Nichols, 1967), para celebrar el 75 aniversario del nacimiento de Dustin Hoffman; y Sin Perdón (Clint Eastwood, 1992), estrenada hace veinte años.
- Un título para tener en cuenta: El mundo de Sofía (Jostein Gaardner, 1991), conmemorando el sesenta cumpleaños de su autor.
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